Ladrillo - Reflexiones sobre Bogotá
Al ir a mi apartamento de la carrera 13 con calle 38, los visitantes eran recibidos por un vitral de peces que nadaban perpetuamente sobre la puerta. Al abrirla, una pared azul brillante, color hyperlink, desembocaba en una vista del cielo sobre la ciudad. Un sofá cama amarillo latía frente a la misma como si fuese el corazón de la sala. Una hamaca, hecha con material de fondo violeta e hilos de arcoiris, colgaba diagonalmente frente al ventanal. El juego de comedor recogía el azul de la pared y lo depositaba en otra de color neutral. Hecho de tubos y madera clara, recogía bien ambos espacios.-¡Parece un apartamento de playa! - exclamó Claudia anonadada, un día que fue de visita a mi hogar bogotano.
- ¿Se te olvida que soy costeña? - contesté con una sonrisa - ¿Tintico?
Procedí a servirle el café en unas tazas pequeñas, compradas en Carrefour, cada una de un color distinto e igual de brillante que los pintados en las paredes de ese hogar temporero.
3 comment(s):
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By Anónimo, at 16 enero, 2006 19:06
ESE TINTICO EN EL PISO 20 NO ES NADA EN COMPARACION CON UN TEMBLOR EN LA NOCHE. ESE APARTAMENTO NOS REUNIA EN LAS ARDUAS NOCHES DE TRABAJO UNIVERSITARIO Y TENIA UNA COCINA PEQUEÑITA PERO AMAÑADORA. ADEMAS DE LA BUENA VISTA LO UNICO MALO QUE TENIA ERA EL VECINO DEL QUINTO PISO (CREO). LILIANA
By Anónimo, at 16 enero, 2006 19:07
Bogotá es una ciudad espeluznantemente amañadora, aquí llega gente de todas partes del mundo, pero la que la ciudad más recuerda con cariño es una borinqueña IVY que pasó por aquí y le dejó unas pisadas en Monserrate, otras en Zipaquirá y una que otra huella profunda en una amiga que la quiere y la recuerda con cariño. Regresa pronto.
By Anónimo, at 16 enero, 2006 19:12
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