Claridad
He tenido el gran honor y privilegio de ser escogida en una serie sobre Literatura Urbana que salió publicada hoy en Claridad. Los invito a que conozcan al coleccionista, uno de los mejores personajes que he creado en : Uñas color vino. También pueden leer sobre la Ciudad de las Gárgolas de Yolanda Arroyo Pizarro, entender que comprende la ciudad en Urbe, qué quiere decir ciudad de Marioantonio Rosa, y escuchar los ruidos en los Semáforos y paradas desde mi rincón santurcino de Ana María Fuster. ¡Placenteras lecturas!Uñas color vino
Cierra la puerta. Siente gran satisfacción por las piezas que ha acumulado en su colección. Todas son divinas y le provocan un placer exuberante. Quiere tenerlas siempre cerca pero sabe que es imposible. Decide regresar al cuarto donde lo espera su última dama. Sabe que a las mujeres les gusta que les abran las puertas, paguen la cuenta luego de la cena, las lleven a su casa sin esperar ir más allá del beso de despedida, por más liberadas que se encuentren. Quizás por esto es que ella quiere hacerle el amor, porque no la ha presionado. ¡Casi le ha suplicado! Pero él es un caballero y los caballeros esperan el momento adecuado.
* * *
La primera vez que la vio, tenía unas sandalias doradas con brillo en las tiras; las uñas pintadas de vino resaltaban su tez blanquísima. El tamaño era ideal - 71/2. Cuando sus ojos se posaron sobre semejante belleza, supo que no podría resistirse. Le habló, fingiendo interés en ella pero en su mente se conservaba la imagen de esas extremidades que lo incitaban a pensar en las distintas formas de adularlos. Le hubiese gustado darles un masaje pero hubiese sido una imprudencia de su parte.
Luego de varias citas a restaurantes costosos y elegantes, a tomar cocteles en barras de hoteles entendió que la mujer, la persona, le gustaba demasiado. Tenía gracia, don de palabra y un erotismo refinado que le saltaba por los poros. En otras ocasiones había podido mantener distancia entre su objetivo – hacer suyos los pies – y la persona a los que pertenecían, pero con Karim sentía que quizás había llegado a su límite. Quizás, tendría que dejar estas piezas fuera de su colección. No obstante, en las noches los pies de ella con sus uñas color vino irrumpían en sus sueños. Daba vueltas en la cama, sudaba frío. Hasta que no aguantó más y la invitó a salir una vez más. De ahí en adelante, tuvo que seguir el camino ya trazado.
Sin embargo, la duda persistía y lo perseguía como el humo del incienso que quemaba en su casa. Lo asaltaba en los momentos más inesperados, al hacer la compra en el supermercado, sentado en el inodoro, de camino al trabajo. Veía las sandalias doradas, los pies, las uñas y ese color como de sangre pulsante. Ya la había invitado a su hogar, su santuario, para una cena que él mismo prepararía. No había marcha atrás.
Ese día, había puesto todo en orden, no que fuese de otra manera cualquier otro día. Siempre ha sido muy meticuloso con el aseo del hogar. Al entrar a su casa, Karim se mostró sorprendida. Jamás pensó que un hombre pudiese tener tan buen gusto. Las paredes estaban adornadas con pinturas de artistas contemporáneos, explosiones de color que resaltaban grandemente sobre las paredes crema. También había pinturas que ella reconocía, una de Kandinsky y otra de Baselitz, aunque dudaba que fuesen originales. La sorprendieron los muebles de cuero marrón, no el negro estándar de muchos hombres solteros. Más aún, reconoció artefactos que parecían ser recuerdos de viaje, como la matryoshka que se encontraba en una de las esquinas de la sala.
Él preparó una exquisitez que aprendió en uno de tantos viajes a la Bretaña – tartiflette, una mezcla quizás un poco pesada de papas, tocineta, créme fraiche y queso Reblochon gratinado. Ella jamás había conocido a un hombre tan refinado, mucho menos uno que supiese cocinar una tarta francesa. Él sólo observaba sus pies atrapados en las sandalias negras. Y el color, el color pulsaba bajo la mesa. El tope de cristal era el marco perfecto a través del cual podía disfrutar la cercanía de esas extremidades que tanto le apasionaban.
En sus viajes por él mundo, siempre observaba los zapatos que las mujeres usaban, con tristeza en climas fríos donde se escondían por largo tiempo, y con lujuria en los climas cálidos donde se usaban sandalias. Para él, este era el complemento perfecto para un pie hermoso. Así, podía apreciar la forma de los dedos, las curvas creadas por los huesos, las partes suaves y carnosas de las extremidades.
Considera que no hay uno feo, salvo los que no son muy cuidados por sus dueñas. Ver un pie maltratado es una ofensa. Debiera existir un castigo para esas mujeres, musitó, quizás una cárcel especial donde les enseñaran lo fácil que es sumergir los pies en agua caliente, sacar la piel ajada frotando una limpiadora abrasiva y granulada de azúcar morena, usar una piedra pómez para suavizar las partes que han quedado muy duras y terminar de pulir la piel con una loción de menta. ¿Cuán difícil es?, pensó. Unos minutos todos los días harían que el mundo estuviese lleno de pies hermosos. Quisiera castigarlas a todas por su maltrato, por usar tacones altos que los deforman, por dejarlos al aire libre sin tan siquiera preocuparse de que se vean bien ante el mundo que los observa.
* * *
En la recámara, Karim yace sobre la cama. No le intimidan las gárgolas en las esquinas superiores, las sábanas de terciopelo negro, ni las paredes pintadas de rojo oscuro e intenso. Se ha quitado las sandalias y el traje negro que llevaba puesto. Su busto estaba acorralado en un brassiere negro de encajes. Sus panties parecían pantalones muy cortos; hacían conjunto con el brassiere. Sus uñas llevan el mismo color vino con el que los vio la primera vez. Las observa con más detenimiento y se da cuenta de que es el mismo color de las paredes. Él se sonríe.
Los pies claman por la atención del hombre, pero antes sabe que debe atar los brazos de Karim en el cabecero de la cama.
- ¿Vamos a jugar? – ella pregunta en un tono coqueto y seductor.
- Sí, vamos a jugar a los piecitos.
- Nunca he jugado eso…
- Ya verás como te gusta – le dice, mientras comienza a acariciar los pies.
Se acerca a ellos, ignorando a la mujer. Los manosea con lascivia. La lujuria se apodera de él e introduce el dedo más grande en la boca. En otras circunstancias, lo hubiese limpiado con delicadeza, quizás hasta les hubiese hecho una minipedicura, pero no podía controlarse. Hala a la mujer hacia abajo, sus brazos quedan estirados, sus pies más allá del borde de la cama. Toma ambos pies con fuerza, une las plantas para formar una ranura estrecha, saca su pene y lo clava en el surco artificial que ha creado. Hace esto una y otra vez, ignorando los gemidos de la mujer, hasta que culmina en éxtasis.
Mientras él se dispone a sacar el cuchillo del gavetero, Karim se zafa de los amarres y se sienta sobre la cama con sigilo. Él está ensimismado, buscando la nevera que había escondido con antelación en otra parte de la casa. Ella comienza a autogratificarse; tanta excitación ha provocado que sus panties estén empapados y eso la estimula. Cuando él regresa, queda petrificado. Karim se encuentra a punto de lograr “la pequeña muerte” francesa. Se acerca a observarla, soltando el cuchillo y la nevera que traía, como si fuese un espécimen que necesita estudiar por su rareza. Ella se desploma y él se dedica a mirarla, extrañado.
Karim le hace señas con el dedo para que se acerque. Él lo hace a tientas, sin saber que esperar.
- ¿Realmente quieres usar ese cuchillo? Mis pies podrían ser tuyos cuando quisieras…- le dice Karim, atreviéndose a rozarle el rostro con la mano. Él no sabe como responder. Ella se le acerca; un beso en los labios sella el pacto irrevocable.
12 comment(s):
Iva, Conozco muy bien a la escritora que recomendó tu trabajo para publicar... y fue Claridad quien tuvo el Honor y privilegio de publicarte, confía en tu trabajo y sin miedo a la palabra como de costumbre no pares de escribir, excelente trabajo!!!!!!!
Un abrazote
By Ana María Fuster Lavin, at 11 mayo, 2006 20:46
wow! qu'e bello se ve con este nuevo template!
By nicolececilia, at 12 mayo, 2006 18:14
ana maría-mi querida amiga. gracias por todo. creo fielmente en que la vida cruza a las personas por algo y sé que eres muy especial en mi vida.
madam-darling!gracias por todos los vitores y por ser mi cheerleader oficial.
efra-esto es sólo prueba de que realmente lees una gran cantidad de periódicos =) gracias por el cumplido y por leerme.
nicole-me alegro que te haya gustado el nuevo look! creo que es más lo que quería inicialmente =)
By Iva, at 12 mayo, 2006 23:11
Iva, tú eres muy especial también, cosas del destino nos presentó una hermanita especial -Maribel- Te agradezco la solidaridad en los momentos creativos y en los tristes, por eso eres una amiga... Todo eso independiente del talento literario que posees...
En mis momentos más difíciles de este año, tú y Madam me apoyaron sin conocerme personalmente, bueno a ti y a mi nos presentaron un viernes de diciembre en el Ateneo, gracias también por ir a mi Réquiem.
En cuanto a tus uñas color vino, un escrito de gran calidad...
By Ana María Fuster Lavin, at 13 mayo, 2006 12:45
Muchas felicidades, leí los escritos. Genial! que talento!. Me encantó leerte.
By Glifo, at 15 mayo, 2006 00:27
Júm... A ese fetichista serial lo conocí yo en Sagrado... fuimos muchas las que escondimos los pies, cogía clases con nosotras, je, je y bueno que estaba. Felicidades.
By Unknown, at 16 mayo, 2006 16:14
Bravo!!!! amiga te felicito, eres la MAS mejolll...:P
By Goddess, at 16 mayo, 2006 19:06
Miguita bella:
I'm back!!!
Un abrazo
By Goddess, at 21 mayo, 2006 11:37
felicidades por el escalon que has escalado...interesantisima la propuesta, en especial el final ..jeje..me imagine la cara del tipo..
saludos
By jô, at 23 mayo, 2006 00:12
MMMmmmm.... no sabía que había quedado tan bien, te felicito.
Sé que quieres que diga más, pero no lo voy a hacer, las palabras sobran cuando se lee algo bueno.
Tremenda fuente la que debiste usar, todo suena tan.......... creíble diría yo...mmmm.... sip... creíble.
By Jorge Ariel Valentine, at 23 mayo, 2006 12:27
Increíble pero hoy fue que vine a leer este relato tan impresionante. Culpa del ajetreo de la maestría. Y ahora vengo a caer en cuenta sobre la continuación de La detective de 'Uñas de color vino'.
Relato extraordinario, elegante y clásico, de buen gusto, sensual, final extraordinario. Temática: obsesión, placer, muerte.
Poco a poco se agudizaba la intriga y la tensión. Manejaste excelente la obsesión de él (sus reflexiones [mundo lleno de pies hermosos, consejos para mantener los pies, etc.], el color de las uñas, el tope de cristal para ver los pies[súper]) Iva, es tanto, tiene tanto.
La parte erótica con los pies, wao. Sé que eres excelente trabajando el erotismo, pero creo que este es tu cuento magno.
Súper súper felicidades, encantado de leer esta historia.
Te seguiré visitando y leyendo.
By neftalicruznegron, at 08 julio, 2006 12:29
Quisiera dejar un comentario que resumiera lo que sientes a cada letra que escribes, un comentario de alguien común que sabe casi nada de literatura pero le aparece de pronto un tesoro así ante los ojos, y sabe (con el alma) que es una maravilla. No sé que decirte. Es un regalo lo que tienes. Adelante!
By Ana, at 28 julio, 2006 22:25
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