Pinacoteca

lunes, diciembre 11, 2006

Bloguemia y cuento



En la tarde de ayer tuve la oportunidad de participar en la Bloguemia Boricua 2006. Fue una experiencia enriquecedora, en la que pude compartir con otros blogueros y escritores del país. Para ver más fotos, pueden pasar por aquí.
Incluyo el cuento que leí en la velada con algunos cambios.



Pinakothek der Moderne

Al entrar a Pinakothek der Moderne - escapando del frío impersonal de Munich - el sol tenue de la primavera brillaba por la rotonda, engañando a los que no saben que, en una ecuación matemática, sol no es igual a calor. Ésta se filtraba por el marco redondo del techo en cristal, creando los claroscuros que habitan en mí.


Muchas personas buscan los rayos del sol como girasoles, quizás pensando que morirán si este no se posa en sus cuerpos gélidos. Hay otras que le huyen, son alérgicos; vampiros que prefieren salir de sus cuevas cuando el centro de nuestra galaxia no es visible. Me identifico con estos, los que resuelven esconderse; los que escapan de sí.


Había llegado tan lejos para nada. Viajé en vano. Pensé que quizás, si escapaba de los elementos, no tendría que enfrentar el viento helado; mi cuerpo inerte; los pedazos de mi corazón. Tal vez así no tendría que recorrer las calles para encontrar los fragmentos desechados y hacer un intento infructuoso de restaurar mi corazón a su estado original.


Los pies me dolían luego de haber caminado del Alte Pinakothek al Neue Pinakothek tratando de identificar en cuál se exhibían el arte moderno y contemproráneo. Ninguno de esos dos era dado que los tres museos están localizados en el mismo cruce; sus edficios indistintos y sin rotular. O al menos, así me parecía.


Comencé mi recorrido por la sala de fotografía. En la exhibición de imágenes estadounidenses, me encontré con el pasado. Una sola foto de la ciudad en la que vivía hace mucho provocó que saliera aturdida. Sin embargo, regresé a ella, a la imagen que me transportó en el tiempo. La contemplé con tristeza. Allí había empezado todo. Una sonrisa se asomó: a pesar de todo, el recuerdo era agradable.


Salí al pasillo y la luz me alcanzaba. Decidí huir al sótano, donde tienen las colecciones de diseño de interiores y autos. Entre sillas incómodas y planos de arquitectura, no sentí nada. "¡Qué bien! ¡Un poco de paz!," me dije aliviada. Miré por horas objetos olvidables que no evocaban sentimiento alguno. Sólo contemplaba su belleza cautivante. Eso y nada más. Dentro de mí, el vacío ganaba terreno.


Dejé el tercer piso para lo último. Allí se encontraban las pinturas, mi parte favorita. Subí las escaleras lo más rápido posible para huirle al sol que se infiltraba por la rotonda. Me escondí en la primera sala que encontré. Los museos los experimento en la intimidad de mi ser; son lugares en los que me pierdo y me encuentro porque el arte despierta sentimientos escondidos e inesperados.


Observé pinturas de artistas que no recuerdo. Las lineas en los lienzos. La combinación de colores. El uso de medios. Ahora no los podría evocar con claridad porque el arte la experimento en el momento y luego la olvido. Ese día, en cambio, me pasó lo contrario en la sala de Baselitz.


Me senté un rato para descansar los pies adoloridos y dejar que mi imaginación nadara en los colores brillantes de sus pinturas. Dejé que mis ojos navegaran la sala, tomando el tiempo de disfrutar de la orgía visual frente a mí. Me sentía en paz en medio del vaivén de gente. Pasee la vista hasta que una escultura al final de la sala me llamó la atención. Caminé hacia ella. Tenía de frente una cara gigante con facciones pintadas en rojo pero las facciones no estaban pintadas donde habían sido talladas. "No lo puedo creer...Es que...no puede ser...," repetía incesantemente. Miré por largo rato la cara que tanto me inquetaba. No podía separarme de ella. Una fuerza misteriosa me mantenía inmóvil. Me vi retratada en la foto, en la escultura, en su desolación, que era mía también.


El artista me había descubierto. Me miré en ella hasta que no me importaron ni el sol ni el frío. Al fi acepté el reto de la escultura. Entonces, salí a enfrentarme a mi vida.

7 comment(s):

¿Qué puedo decir? Este cuento me encantó. Me identifico muchísimo con las descripciones que haces de ese perderse en un museo. Siempre que voy a un museo, aunque esté acompañada, es como si estuviese sola...me pierdo en esos laberintos hasta encontrarme conmigo misma. Así como ocurre en este cuento. Qué fantástico y maravilloso descubrir que un artista,un desconocido, es capaz de mostrarnos nuestro interior en un objeto artístico.
Como se puede entender, me fascinó el cuento.
Fue super lindo también poder escucharlo en persona :)
un abrazote

By Blogger no apta para la humanidad, at 11 diciembre, 2006 18:41  

Me encantó!! Me uno a No Apta...cuando entro a un museo me envuelvo en mi propio mundo y me desconecto del tiempo y la gente. Del mismo modo me perdí en tu cuento, lo viví paso a paso. Aplausos de pie para tí!!! Abrazotes de gorgonzola, jaja!

By Blogger Yiara Sofía, at 11 diciembre, 2006 19:01  

Amiga:

Que alegría que puediste ir. Que cuento super especial. Que noche! Para recordar...

Un abrazo. Y gracias por tu presencia y tu cuento.

By Blogger deus?Juglando, at 11 diciembre, 2006 21:54  

Tu cuento me encanto' por la propuesta de imagen reflejada y propo'sito del arte. Viaje interno, con la capacidad de hacerse un viaje colectivo. El Kibalio'n dice que lo que es adentro es afuera, etc., el artista siempre libera y expone lo que otros llevamos dentro y no sabemos como exponer u ordenar matema'ticamente en belleza.
Que lindo poderte conocer!
Un abrazo!

By Blogger Ana, at 13 diciembre, 2006 10:56  

- mi querida no apta: somos muchos los que estamos perdidos en los laberintos. no hay mejor forma de encontrarse a uno mismo sino que a través de los ojos de los demás.

- yiara: que bueno que te hayas perdido en el museo conmigo. te devuelvo los abrazos de gorgonzola! yum!

- deus: así mismo es. gracias por la oportunidad y por tener la visión de organizar algo tan espectacular.

- ana: qué interesante que me hables del kybalión. ahora mismo lo estoy leyendo pero este cuento fue escrito hace apróximadamente dos años atrás. y sí, el artista libera para que entonces nosotros liberemos a los demás.

By Blogger Iva, at 13 diciembre, 2006 20:28  

Encantado de verte de nuevo y compartir contigo. Eres muy talentosa y excelente escritora.
Sigue adelante.

Te seguiré visitando y leyendo.
Dios te bendigaAaA!

By Blogger neftalicruznegron, at 23 diciembre, 2006 23:34  

Gracias por el cumplido Neftalí. Me encantaron tus trenzas =)

By Blogger Iva, at 26 diciembre, 2006 03:06  

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