Isla
Estoy presa
en esta jaula.
Mi cárcel tiene
paredes de cristal
que flotan
sobre el agua.
A veces
me permito
salir, viajar
pero los custodios
exigen
algo a cambio
para mi regreso:
quieren mi pierna, un brazo,
pedazos de mi corazón,
algo que les garantice
mi regreso.
Quiero escapar,
ser ave y volar
distancias dentro de mí.
Vivir es una selva
que yo misma escojo.
Pero soy PRESA
En esta jaula
Y no sé
Si escapar.
Luz boreal
Busch Gardens, FL Feb. 2006 Siempre he creído que cada lugar, cada país, cada ciudad tiene su propia luz. En Boston el sol helaba - por más que la orbe brillara en el cielo, su calor nunca te alcanzaba. Sólo en verano calentaba algo y cuando lo hacía, derretía la piel de tu cuerpo en segundos. Durante el invierno, su luz se reflejaba en la nieve y te dejaba prácticamente ciego.
En Bogotá, el sol jugaba al esconder, ofreciendo su calor por un tiempo y luego dejándote desamaparado bajo las nubes. Sabía que así lo extrañarías. La luz era tenue y agradable, como la de una noche romántica con un ser amado.
París fue distinto. Tenías que mirar al cielo e implorarle al sol que te calentara. Allá la luz te acaricia suavemente, juega contigo, como si jugara con tus sentimientos. En primavera, la ciudad te habla de todos los amores posibles, de cómo hay un nuevo renacer.
La luz de Munich era tenue, sutil. El cielo pasaba mucho tiempo cubierto de gris mientras que mi alma trataba de calentarse con un capuccino que no sabía a café.
En Tampa mis sentidos estaban confundidos. Hacía calor, la luz brillaba como estrella que es y de momento el sol lo cubrían las nubes juguetonas para mantenerte alerta en todo momento.
No hay manera de describir la luz en Florencia. Los que han ido lo saben.Aquí, el sol es muy intenso que juegue al esconder con el. No me interesa sentir el ardor que provocan sus caricias en mi piel.
Clearwater Beach, FL, Feb. 2006