Pinacoteca

lunes, enero 28, 2008

La ventana

La vista no ha cambiado mucho. Hay un carro más en la casa de al frente. El día está gris, igual que tu primer día aquí. Hay pájaros volando en el aire; fueron espantados hace unos minutos atrás por la llegada del dueño de la casa donde se encuentra el árbol en el que descansaban. La brisa tampoco sopla hoy. Hace calor. Estoy sentada en la esquina de la cama, la que queda junto a la pared. La misma en la que te sentabas los días que estuviste aquí. Me parece irónico que puedas recrear la vista desde mi ventana cuando quieras y yo no pueda tan siquiera estrechar la tuya. Así que la invento.

Hoy estás en la costa Atlántica del sur de Francia. No puedes ver el mar pero lo escuchas. El sonido de las olas en la arena te acuerda a mí. Hace unos días atrás, mirabas las mismas tonalidades grises que hoy visten el cielo acá desde la ventana de un hotel en Munich. Antes de eso, te sentabas en tu escritorio en Verona y mirabas la pared del edificio de al frente. Posiblemente, espiaste la vida de algún vecino. Sonreíste, o quizás te reíste a carcajadas por algo gracioso que presenciaste. Un mes atrás, la vista desde tu apartamento de Schwabing te hartaba. Añorabas un cambio de escenario y lo obtuviste.

Yo sólo puedo recrear la vista desde tu antiguo apartamento, también en Schwabing – la silla de cuero marrón, la pintura que te hizo tu ex espiando cada movimiento mío en relación a ti. Pero yo estoy sentada, mirando las paredes crema chantilly del edificio de al lado y las hojas revolotear, caer hacia el vacío de las ramas de un árbol semi-florido.


Este mes la Pinacoteca cumplió dos años. Una vez más, gracias por leer.

miércoles, enero 23, 2008

El lema del 2008

Passion burns down every branch of exhaustion
Passion is the supreme elixir and renews all things
Let divine passion triumph and rebirth you in your self.



—Rumi

viernes, enero 11, 2008

Hay belleza en la imperfección


Si hubiese dormido lo que tenía que dormir:

pude haberle dicho a mi amiga que el hipnoterapetua me daba mala vibra desde que lo ví;

quizás debí haber mandado al carajo al señor que me llevó literatura de unas batidas para perder peso.

quizás hubiese podido hilvanar bien las agujas, y coser mi libreta con hilo de tejer, sin tener que pedirle a Nicole que lo hiciera por mí,

mis cuadernos pudieron haber quedado perfectos, simétricos.

quizás hubiese podido hacer el cosido japonés cruzado bien de una y no tener que empezar de nuevo con otro hilo porque el que escogí ya no daba.

Pero de ser así:

mi cuaderno no hubiese quedado distinto a los demás al no hacer el cosido bien y sería con hilo multicolor y no verde chatré.

mi libro forrado hubiese quedado perfectamente cuadrado y con el cubre faltas anaranjado en vez de cartulina azul cielo.

mi almuerzo hubiese sido Wendy’s en vez de Kentucky.


En cualquier otro momento de mi vida, hubiese salido corriendo.

Si me hubiese dejado llevar por el mal humor, no tendría dos amigos nuevos.

No me hubiese reído incansablemente con los chistes de Isabel.

Mi amiga no hubiese aprendido a dejarse llevar por sus instintos.

Yo no hubiese tenido unos momentos de sosiego en la terraza abierta de Nicole.

Quizás en los días no tan buenos, es mejor dejarse llevar,

Ver como la vida nos sorprende,

Y no quedarse con el amargo tipo Splenda en la boca,

Sólo con la belleza dentro de la imperfección.

lunes, enero 07, 2008

Moody as autumn

El silencio me trae tu nombre. Los acordes de las canciones de Manolo tiritan como estrellas en mi mente. A veces las canto a toda voz e imagino que te hago un concierto personal entre las sábanas aunque la verdad es que estoy en mi oficina o en el carro. Pensar en ti es espontáneo.

Hoy me tomé una cerveza sola.Quise escribirte algo pero sólo salían cursilerías de adolescente enamorada y yo no estoy enamorada de ti. Compré una Peroni, no porque me gusten las cervezas italianas; en realidad, prefiero las alemanas.

Quisiera beberte a galones pero tendría que tomar el mar Atlántico , parte del Mediterráneo y un poco del Adriático para llegar donde estás.

Estos desvaríos podrían describirse como una montaña rusa o un vaivén de olas. No. Para mí eres como el otoño : suave, templado y con olor a canela.